Odenato fue asesinado y aprovechando las disputas en el interior del Imperio Romano por la corona del mismo, el reino de Palmira se sublevó e intentó crear su propio imperio con la intención de dominar a los dos que le flanqueaban, el Romano y el Sasánida (segundo imperio persa). Las campañas militares de Zenobia le permitieron crear un imperio que abarcaba toda el Asia Menor e incluso logró tomar Egipto con sus tropas en el año 269.
La independencia del reino de Palmira duró unos cinco años, durante los cuales Zenobia se rodeó de intelectuales y pensadores, pues amaba el conocimiento y la cultura. En el año 272, fue derrotada y enviada como rehén a Roma por el emperador Aureliano (observa la situación de cada uno de los dos imperios en el mapa de abajo: en rojo el Imperio Romano; en amarillo, el de Palmira, que se había escindido de aquel).
Los historiadores no saben con seguridad cómo acabó sus días la reina Zenobia. Entre las teorías existentes, hay quien cree que murió por enfermedad, quien piensa que hizo una huelga de hambre y quien supone que la condenaron a muerte y la decapitaron (o sea, le cortaron la cabeza). Por último, los más optimistas dan por supuesto que el emperador Aureliano, impresionado por la belleza e inteligencia de esta mujer, le otorgó una villa en Tívoli, cerca de la ciudad de Roma, donde destacó por sus conocimientos filosóficos y pudo cuidar de sus hijos hasta su muerte, ocurrida, según algunos autores, en el año 274, dos años después de perder su imperio, a los 29 años de edad.
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