El Nobel de Física Richard Feynman (1918-1988), después de pasar muchas horas rompiendo espaguetis (¡y rompiéndose el coco!), no encontró una respuesta convincente a este enigma. Años más tarde, dos artículos publicados en 2005 en la prestigiosa revista Physical Review Letters lo resolvieron. En dichos trabajos, los franceses Sebastien Neukirch, de la Université Pierre et Marie Curie, y Basile Audoly, del Centre national de la recherche scientifique (CNRS), ambos de París, explicaban que, tras la primera rotura de esta pasta, se generan ondas de flexión que se amplifican e incrementan aún más la curvatura de uno de los trozos, que vuelve a romperse.
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domingo, 17 de febrero de 2013
Espaguetis quebradizos
Coge un espagueti por los extremos y dóblalo hasta que se parta. El reto está en conseguir que se rompa en dos pedazos. ¿A que es imposible? ¡Cada vez que lo intentas, el espagueti flexionado tiene el molesto capricho de saltar por los aires en tres o más trozos!
El Nobel de Física Richard Feynman (1918-1988), después de pasar muchas horas rompiendo espaguetis (¡y rompiéndose el coco!), no encontró una respuesta convincente a este enigma. Años más tarde, dos artículos publicados en 2005 en la prestigiosa revista Physical Review Letters lo resolvieron. En dichos trabajos, los franceses Sebastien Neukirch, de la Université Pierre et Marie Curie, y Basile Audoly, del Centre national de la recherche scientifique (CNRS), ambos de París, explicaban que, tras la primera rotura de esta pasta, se generan ondas de flexión que se amplifican e incrementan aún más la curvatura de uno de los trozos, que vuelve a romperse.
El Nobel de Física Richard Feynman (1918-1988), después de pasar muchas horas rompiendo espaguetis (¡y rompiéndose el coco!), no encontró una respuesta convincente a este enigma. Años más tarde, dos artículos publicados en 2005 en la prestigiosa revista Physical Review Letters lo resolvieron. En dichos trabajos, los franceses Sebastien Neukirch, de la Université Pierre et Marie Curie, y Basile Audoly, del Centre national de la recherche scientifique (CNRS), ambos de París, explicaban que, tras la primera rotura de esta pasta, se generan ondas de flexión que se amplifican e incrementan aún más la curvatura de uno de los trozos, que vuelve a romperse.
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