En la mitología romana, Marte, en latín Mārs, era el dios de la guerra, hijo de Júpiter en forma de flor y de Juno. Se le representaba como a un guerrero con armadura y con un yelmo encrestado. El lobo y el pájaro carpintero eran sus símbolos. Tuvo dos hijos con Venus: Fuga y Timor (respectivamente Deimos y Fobos para los griegos).
El dios Marte proviene del Ares griego de Tracia, donde su culto no estaba muy difundido, y no tenía repercusiones morales o sociales. Ya existía, en cambio, esta deidad en Atenas, donde tenía un templo en el Areópago (en griego, ‘colina de Ares’).
Da nombre al planeta Marte, que, por su color rojizo (debido al óxido de cobre que predomina en su superficie), recordaba el de la sangre, asociada con la guerra. Los dos satélites de este planeta se denominan igual que los hijos del dios: Deimos y Fobos.
Da nombre al planeta Marte, que, por su color rojizo (debido al óxido de cobre que predomina en su superficie), recordaba el de la sangre, asociada con la guerra. Los dos satélites de este planeta se denominan igual que los hijos del dios: Deimos y Fobos.
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