Aunque a dosis moderadas el consumo de Coca-Cola no es perjudicial, el exceso puede acarrear grandes problemas de salud e incluso la muerte. Este fue el caso de Natasha Harris, una joven de Nueva Zelanda que falleció hace dos años a causa de una arritmia cardíaca. Según ha sentenciado el forense del caso, la adicción a la Coca Cola podría estar detrás de su trágico final.
Como corrobora la propia familia, Natasha podía llegar a beber hasta 10 litros diarios de Coca Cola, lo que supone una ingesta del doble de cafeína de la cantidad diaria aconsejada por las autoridades sanitarias, y más de once veces superior a la dosis de azúcar recomendada. Fruto de esta adicción, la joven sufría de varios problemas de salud y había perdido los dientes. Por otro lado, los estudios científicos también afirman que el consumo de grandes dosis del refresco puede acarrear problemas en la absorción del hierro. Además, el exceso de cafeína aumenta la tensión arterial y puede llegar a provocar pequeñas taquicardias.
El forense no ha culpabilizado a la compañía, pues entiende que esta no es responsable de los excesos que cometan los consumidores. Según ha señalado Coca Cola en un comunicado: "La ingesta excesiva de cualquier producto, incluido el agua, junto a un consumo inadecuado de nutrientes esenciales y la falta de asistencia médica pueden llegar a ser mortales".
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